André Breton: “Por la senda de San Romano” | MÁS LITERATURA

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POR LA SENDA DE SAN ROMANO

La poesía se hace en la cama como el amor
Sus sábanas deshechas son el albor de las cosas
La poesía se hace en los bosques

Ella tiene el espacio que precisa
No este sino ese otro que condicionan

El ojo del milano
El rocío en la cola de caballo
El recuerdo de una botella de Traminer empañada en una bandeja de plata
Una larga vara de turmalina en el mar
Y el camino de la aventura mental
Que asciende escarpado
Después de un alto se enmalece en seguida

Pero esto no es algo que se pregone a los cuatro vientos
No conviene en absoluto dejar la puerta abierta
Ni llamar a testigos

Los bancos de peces las bandadas de carboneros
Los raíles a la entrada de una gran estación
Los reflejos de las dos riberas
Los surcos en el pan
Las burbujas del riachuelo
Los días del calendario
El hipérico

El acto amoroso y el acto poético
Son incompatibles
Con la lectura en voz alta del periódico

La orientación del rayo de sol
El fulgor azul que religa los hachazos del leñador
El hilo de la cometa en forma de corazón o de nasa
El batir acompasado de la cola de los castores

La diligencia del relámpago
La lluvia de peladillas arrojadas desde lo alto de una vieja escalera
La avalancha

La sala de los prestigios
Señores no es la Sala octava
Ni los vapores de la tropa en su cuadra un domingo por la noche

Las figuras de danza ejecutadas con transparencia por encima de los charcos
El contorno del cuerpo de una mujer contra una pared al lanzarle cuchillos
Las volutas claras del humo
Los rizos de tus cabellos
La curva de la esponja de las Islas Filipinas
Los entrelazados de la serpiente coral
La entrada de la hiedra en las ruinas
Ella tiene todo el tiempo por delante

El abrazo poético como el abrazo carnal
Mientras dura
Nos impide escapar a la miseria del mundo

ANDRÉ BRETON


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