¿Por qué Borges nunca ganó el Premio Nobel de Literatura? | MÁS LITERATURA

 

Borges sin Nobel


Jorge Luis Borges fue un prolífico narrador, poeta y ensayista. Sus obras más famosas son El Aleph, Historia universal de la infamia, Ficciones e Historia de la eternidad. Aunque en el mundo era reconocido como uno de los más grandes escritores del siglo XX, nunca recibió el Premio Nobel de Literatura, y aquí te decimos por qué.

Borges fue nominado en cuatro ocasiones como candidato para recibir el Premio Nobel en 1967, 1968, 1969 y 1970. Sin embargo, algunos eventos políticos de los que fue parte el escritor argentino, hicieron que nunca más lo volvieran a nominar ni a tomar en cuenta por la academia sueca.

Veamos cada uno de ellos:

El caso Anders Österling

Al desclasificar los archivos sobre las nominaciones del Premio Nobel de 1967, se supo que Anders Österling, presidente del comité académico, rechazó la obra de Borges, porque según sus palabras, Borges era “demasiado exclusivo o artificial en su ingenioso arte en miniatura”. 

Con esto, Österling dejó en claro que Borges no recibiría el premio Nobel por ser demasiado elitista y no llegar a un público general.

EL caso Videla

El 19 de mayo de 1976, Borges fue altamente criticado por almorzar con Rafael Videla, un militar que había derrocado, con un golpe de Estado, a María Estela Martínez de Perón.

Al aceptar el almuerzo con Videla, Borges sufrió un descalabro en su vida política, porque apoyaba abiertamente a un dictador que era el culpable de múltiples secuestros y violaciones a los derechos humanos que ocurrieron en Argentina.

El caso Pinochet

Después del encuentro con Videla, Borges fue invitado a Chile para recibir un doctorado honoris causa por parte de la Universidad Católica; para agradecer este reconocimiento, Borges dio un discurso que los críticos catalogaron como controversial, porque alabó la dictadura chilena con las siguientes palabras: “En esta época de anarquía sé que hay aquí, entre la cordillera y el mar, una patria fuerte. Lugones predicó la patria fuerte cuando habló de la hora de la espada. Yo declaro preferir la espada, la clara espada, a la furtiva dinamita. Y aquí tenemos: Chile, esa región, esa patria, que es a la vez una larga patria y una honrosa espada”

Por si fuera poco, después de pronunciar estas palabras, Borges aceptó almorzar y conversar con otro dictador: Augusto Pinochet.

Estas acciones fueron muy criticadas por todo el mundo. Sin embargo, con el tiempo, Borges se arrepentiría púbicamente por apoyar la dictadura chilena y la dictadura argentina.


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