Annie Ernaux y los estragos de un amor pasajero | MÁS LITERATURA

 

Annie Ernaux


Pura pasión, de Annie Ernaux, no es una novela que busca romantizar el amor ni la sensualidad, sino intenta reflejar, entre muchas cosas, el significado etimológico de lo que es la pasión, que aunque parezca raro, no significa disfrutar, sino padecer.

La historia de la novela no se trata del goce romántico de dos personas jóvenes que se enamoran y comienzan a conocerse profundamente, con la finalidad de vivir juntos. De hecho, es todo lo contrario, en este texto se narra el romance de dos personas adultas que tienen hijos y familia, pero que sólo les interesa explorar el lado carnal y breve de los encuentros casuales, generando una gran estima hacia el otro, pero sin perder de vista que el disfrute sólo es un evento pasajero. Por tanto, la novela se trata de padecer los estragos de la pasión generada por un amor momentáneo.

Esta situación hace recordar a El Banquete, de Platón, particularmente en el discurso de Sócrates, pues el filósofo griego creía que el amor era un deseo constante de algo que en algún momento se perderá y esto genera angustia. Y justamente es así Pura Pasión, la protagonista sabe que nunca podrá tener una relación estable ni una compañía continua, debido a que el hombre que ama, está casado y, en algún momento, tendrá que irse de su vida.

Sin embargo, el propósito de la narración no es ahondar en términos teóricos ni académicos sobre lo que es el amor y la pasión. Annie Ernaux sólo busca mostrar los procesos por los que las personas se olvidan del mundo por caer profundamente en el trance de dichos sentimientos. Incluso la autora trata de reflexionar sobre el conflicto suscitado en 1991, en Irak, pero se olvida completamente de este hecho cuando su amante la vuelve a buscar. 

En sí, esta obra, intenta comunicar al lector que la pasión es algo que constituye a los humanos, pero existen ciertos prejuicios morales que simplemente la han ocultado y, por tanto, las personas deben suspender por un momento todo lo que piense la sociedad para disfrutar la pasión, el romance y el sexo.

En este sentido, la escritora francesa cree que la literatura no debe tener prejuicios morales, porque otorga libertad a las personas de escribir lo que deseen, sin que haya algún mecanismo de vigilancia que deba prohibir el desarrollo del arte. De esta manera, se permite reflejar todos los deseos inconscientes que se tienen sobre una situación particular, también permite a las personas decir lo que jamás se atrevieron a pronunciar frente a la persona que aman u odian, o simplemente, a través de la escritura, se puede hallar un momento de tranquilidad, privacidad y reposo para conocerse profundamente.

Todavía ahora, delante de las páginas llenas de los garabatos de mi escritura, ilegible salvo para mí, puedo creer que se trata de algo privado, casi pueril y sin consecuencias las declaraciones de amor y las frases obscenas que escribía durante las clases en el interior del forro de mis libretas, y todo lo que se puede escribir tranquila, impunemente, mientras se tiene la seguridad de que nadie lo verá—. Cuando empiece a picar este texto a máquina, cuando se me aparezca en letras de molde, mi inocencia se habrá terminado.

Annie Ernaux, Pura pasión.


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