Charles Bukowski: ¿Poeta maldito o escritor del Realismo sucio? P. 2 | MÁS LITERATURA

 

Charles Bukowski Realismo Sucio

Por: Ian Yetlanezi Chávez Flores*

La literatura de Charles Bukowski siempre ha sido controversial porque muestra una perspectiva singular de la vida bohemia, sexual y libertina del siglo XX. Sin embargo, por estos elementos ¿podemos considerar a Charles Bukowski como un escritor del Realismo sucio?

Antes de resolver la pregunta, es necesario saber a qué nos referimos cuando hablamos de Realismo sucio.

El concepto de Realismo Sucio fue mencionado, por primera vez, por el norteamericano Bill Buford, en su brevísimo ensayo “Realismo sucio: una nueva escritura de Estados Unidos”.

El texto fue publicado en 1983, en la revista británica Granta, la cual editaba Buford.

En el ensayo, Bill describió al Realismo sucio como una nueva perspectiva dentro de la narrativa norteamericana del siglo XX, pues este tipo de literatura mostraba a personajes comunes que no realizaban actos heroicos o ambiciosos como en las novelas de Norman Mailer o Saul Bellow.

Buford tampoco consideraba que el Realismo sucio tuviera algo que ver con las narrativas postmodernistas o deconstruccionistas, porque no buscaba complejizar el discurso ni la estructura narrativa, como lo hacían John Barth, William Gaddis o Thomas Pynchon.

De hecho, este tipo de narrativa le parecía a Buford como algo “pretencioso” y que no cabía dentro del Realismo sucio, porque en el Realismo sucio se buscaba mostrar historias que no estuvieran tan adornadas, que no  describieran todo lo que existe en la atmósfera y en la escena, de esta manera, se lograban silencios gigantescos que le pedían al lector un mayor esfuerzo y concentración en la lectura y en su capacidad imaginativa.

Además, dentro de las historias se intentaba mostrar el estilo de vida de las personas que no tenían grandes puestos ejecutivos o cargos importantes en una firma de abogados. En el Realismo sucio se buscaba reflejar la cotidianidad de las meseras sirviendo café, los cajeros aburriéndose en los supermercados o las peleas entre trabajadores de la construcción.

Buford sabía que en la simpleza existía una gran complejidad, porque se mostraban los problemas sociales e individuales que sufrían las clases menos favorecidas de Estados Unidos.

Por este motivo, la mayoría de los personajes eran alcohólicos y, en consecuencia, se metían en problemas con facilidad.

Un aspecto importante es que Bill Buford no incluyó a Charles Bukowski dentro de la edición del Realismo sucio de la revista Granta, de 1983.

Los escritores que aparecieron en la revista Granta, fueron: Raymond Carver, Richard Ford, Tobias Wolff, Frederick Barthleme, Bobbie Ann Mason, Elizabeth Tallent y Jayne Ann Phillips.

A pesar de que Buford incorporó a grandes escritores que representaban al Realismo sucio, no mencionó a Charles Bukowski dentro de su edición de Granta. Los motivos no se saben con claridad. Sin embargo, Michael Hemmingson, en su libro: The Dirty Realism Duo: Charles Bukowski and Raymond Carver on the Aesthetics of the Ugly, hipotetizó que Bill Buford tal vez no mencionó a Bukowski porque, en aquella época, Black Sparrow Press protegía endemoniadamente los derechos de autor de su escritor estrella.

Lamentablemente, en Granta no se incluyó a Bukowski como máximo representante del Realismo sucio, pero en la revista sí se establecieron características que permitieron analizar la obra de Bukowski, con el objetivo de determinar si pertenece o no al Realismo sucio.

Esta asombrosa tarea la realizó Michael Hemmingson en su libro The Dirty Realism Duo, en él menciona que la literatura de Charles Bukowski sí se puede catalogar dentro del Realismo sucio, porque sus personajes no realizan actos heroicos, sino tienen una reflexión interna muy profunda, que pueden semejarse a los cuadros de Edward Hopper.

Además, muchos de sus personajes no son banqueros ni abogados reconocidos de alguna firma, sino individuos que sirven el café, que trabajan en fábricas, carnicerías o en centros comerciales.

Los problemas que tienen estos personajes son cotidianos: desempleo, pobreza, alcoholismo  u otro tipo de adicción. Aunque estos problemas generan dramas aparentemente simples, muchas veces son más complejos porque los personajes, en ocasiones, no resuelven nada, mueren o simplemente contemplan un horizonte sin futuro.

Sin embargo, como dice Hemmingson, la literatura de Bukowski no puede considerarse pesimista o fatalista en su totalidad, porque en cada novela, relato o cuento, se encuentra un humor ácido que permite aceptar sin complejos, sin quejas, sin remordimientos, el destino de cada persona.

Entonces, tomando en cuenta las definiciones de Bill Buford y Michael Hemmingson, Charles Bukowski sí puede considerarse un escritor del Realismo sucio por las siguientes razones:

  1. En la literatura de Charles Bukowski no se encuentra un lenguaje en el que se busque el adorno y la descripción constante de las cosas, sino que él implementa un lenguaje aparentemente básico en el que los silencios y omisiones juegan un papel muy importante en la imaginación de los lectores, pues ellos deben complementar la historia y los lugares de los que se está refiriendo el autor.
  2. Los personajes que creó Bukowski en su literatura, reflejan a hombres y mujeres con problemas comunes, que en un ámbito psicológico los corrompe o rompe y, en consecuencia, los lleva a realizar actos jamás imaginados.
  3. Las obras literarias que escribió Charles Bukowski muestran una crítica al supuesto sueño americano donde todas las personas pueden conseguir lo que sea si se esfuerzan y trabajan arduamente. Sin embargo, no es así, los personajes de Bukowski se esfuerzan, intentan, trabajan y al final, se dan cuenta que su condición socioeconómica los condena a la desesperanza y, en ocasiones, a la pobreza.

Teniendo en cuenta estos tres puntos, podemos decir que Charles Bukowski sí es un escritor del Realismo sucio.

Lee la primera parte aquí 


*Ian Yetlanezi Chávez Flores es Licenciado en Letras Latinoamericanas y Maestro en Humanidades por la Universidad Autónoma del Estado de México. Fue asistente de investigación en el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CDMX). Formó parte de un programa de investigación de la Universidad de Harvard (Policy and Institutional Research Program). Asimismo, realizó una estancia de investigación en el Instituto Centroamericano de Estudios Sociales y Desarrollo, en Guatemala. Fundó Más Literatura y ahora dirige dicha revista de divulgación cultural. Ha escrito Voyerismo en las escaleras y Open the door to Centroamérica.

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