Arthur Rimbaud: carta a Paul Verlaine | MÁS LITERATURA

Arthur Rimbaud carta a Paul Verlaine

 

La vida de Arthur Rimbaud fue muy intensa. Formó parte de los poetas malditos de Paul Verlaine, debido a que su escritura era juvenil, bien elaborada y con una gran fortaleza, algo que pocas veces se ha visto en la historia de la literatura. Asimismo, fue pareja de Verlaine. Cuando se enamoraron los poetas, decidieron huir a Londres para mantener todo alejado de la esposa de Paul. Lamentablemente, tras discusiones y grandes peleas, Verlaine abandonó a Rimbaud y, en dicho momento, Arthur le escribió la siguiente carta:


Londres, julio de 1873

Regresa, regresa, mi querido amigo, mi único amigo, regresa. Te juro que seré bueno. Si me he mostrado desagradable contigo, fue tan sólo una broma; me cegué, y me arrepiento de ello más de lo que puedes imaginar. Vuelve, porque cuando regreses todo estará totalmente olvidado. ¡Qué desgracia que hayas tomado en serio esta broma!

No paro de llorar desde hace dos días. Vuelve. Sé valiente, querido amigo. Nada esta perdido todavía. Sólo tienes que emprender el viaje de vuelta. Viviremos aquí nuevamente, valientemente, pacientemente.

Te lo suplico. Además, es por tu bien. Vuelve, encontrarás aquí todas tus cosas. Espero que no tengas duda alguna, ahora, de que no discutía en serio. Que suceso y situacion más desagradable.

Porqué, cuando te hacía señas para que bajaras del barco, ¿por qué no lo hiciste?
¿Hemos vivido juntos durante dos años para llegar a esto? ¿Qué vas a hacer? Si no quieres volver aquí ¿quieres que vaya yo a tu encuentro, dónde tú estés?

Se que yo tengo la culpa. No me olvidarás ¿verdad?
No, tú no puedes olvidarme.
Yo te tengo aquí siempre.
Di, contesta a tu amigo ¿acaso no volveremos a vivir juntos los dos?
Contéstame pronto.
No puedo quedarme aquí por más tiempo.
Escucha unicamente lo que te dicte tu corazón.
Dime pronto si tengo que reunirme contigo.

A ti, para toda la vida.

Rimbaud


P.D. Si no puedo volver a verte, me alistaré en el ejercito o en la marina.
Regresa; no paro de llorar a cada momento. Dime que vaya a tu encuentro, iré, dímelo, ponme un telegrama -tengo que irme el lunes por la tarde ¿dónde irás? ¿qué quieres hacer?

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